Reconocemos la inclusión como un valor en el cual toda la comunidad educativa se pone al servicio del derecho que tienen nuestros estudiantes de tener una educación de calidad, que considere y respete sus diferentes capacidades y necesidades educativas, costumbres, etnia, idioma, edad, etc.

Se entiende como la tranquilidad, paciencia, amistad, es decir, la búsqueda constante del equilibrio emocional, promovemos el vínculo y la coherencia para resolver los conflictos de manera pacífica, lo cual implica trabajar en base al respeto, equidad y justicia para con los y las estudiantes.

Constituye una herramienta para que las/os estudiantes se desarrollen, alcance sus metas educacionales y de vida, implicando esfuerzo, superación, perseverancia y autenticidad, y que tanto familia como colegio promuevan y sean ejemplo de responsabilidad.

La comprendemos como la seguridad y confianza en sí mismo que deben desarrollar los y las estudiantes, para superarse, proponerse metas y alcanzarlas. La libertad involucra seguridad para participar en la vida escolar, coherencia, toma de decisiones acertadas, aportando a su vida en sociedad.

Se trabaja como la labor y perfeccionamiento constante del carácter de los alumnos/as, favoreciendo una vida social equilibrada, expresión de sus pensamientos, comprensión de sus semejantes, comunicación en armonía, valoración del otro y una mirada respetuosa del medio ambiente.

La educación católica que nosotros brindamos orienta al estudiante al amor a Dios, a sus semejantes, a su quehacer, a sus orígenes y a sí mismo. La pedagogía de Cristo invita a resolver los conflictos por los caminos del dialogo, la empatía y la verdad.